Érase una vez un
grupo de mayores con inquietudes de hacer algo con su tiempo, de dar
algo y de poder trasmitir sus experiencias y los conocimientos que a
lo largo de sus vidas habían acumulado.
¿Pero
cómo poder transmitir esas experiencias de vida sin imposición de
nuestros puntos de vista y opiniones?
¿Cómo
poder aportar, aunque sólo fuese un granito de arena de sus
vivencias y de que sus experiencias pudiesen ser aprovechadas por
otros?
Hace
muchos años, buscando dentro del Concejo de Mayores del Excmo.
Ayuntamiento de Huelva, qué actividades podríamos realizar, se
encendió una lucecita y vimos la posibilidad de poder hacer algo de
lo que pensábamos y nos parecía que podría ser aprovechado por
otros. Surgió la feliz idea de poder transmitir esas experiencias de
vida a niños en edad escolar a quienes de forma amena y divertida
les pudiésemos contar vivencias en un tiempo al que deberíamos
trasladarnos y volver a convertirnos en niños, con la misma edad que
ellos, como interlocutores nuestros y convertirnos en sus iguales,
para relatarles esas nuestras vivencias y como era el discurrir de
cada día en aquella época, ya tan lejana de nuestras vidas, pero
muy presentes en nuestros recuerdos.
La idea
tomó cuerpo y, gracias a la buena disposición que encontró en la
Dirección del Colegio Tartessos que nos abrió sus puertas para
poder hacer este intercambio intergeneracional por un día, pudimos
hacer realidad esas inquietudes que habían nacido en nosotros a
propuesta de la Concejalía del Mayor
Lo que
creíamos que iba a ser una experiencia de un día, hoy después de
once años es una realidad, que desde aquel feliz día venimos
haciendo año tras año.
El que
este colegio nos abriese sus puertas sirvió para que esta
experiencia pudiese llegar a un buen número de colegios de esta
ciudad e hiciesen lo mismo y aceptasen esta actividad. Ya en el
segundo año no sólo participó el Tartessos, sino que su número
creció como una semilla que aquel día plantamos.
A ti
lector, que hoy tienes estas páginas en las manos, puede que estas
palabras no te digan nada, pero hay personas dentro de la comunidad
educativa y ex-alumnos del Tartessos, que pensamos que sí y
recordaran como nosotros, con alegría, los días en que compartimos
un poco de nuestro tiempo.
Años
llenos de rostros de alumnos, anécdotas y risas compartidas. El
interés que muestran con y por nuestros relatos, de cómo vivíamos
nuestra niñez en la década de los cincuenta del siglo pasado. Para
nosotros es revivir aquella época, con las dificultades de aquellos
años y, cómo a pesar de las diferencias que existen, hay cuestiones
que son inmutables al paso del tiempo. Como niños, vosotros y
nosotros, siempre hemos jugado de una forma u otra, siempre a unos
nos ha gustado más estudiar que a otros, unos tienen inclinaciones
hacia la práctica de un deporte u otro, pero casi siempre con mayor
preferencia hacia el fútbol.
Mostráis
mucho interés por las formas y las enseñanzas en las clases, tan
distintas a las vuestras, las formas de vivir, incluso, como se nos
ha planteado muchas veces, las formas de relacionarnos las niñas con
los niños, hasta como alguna que otra vez nos han preguntado de cómo
ligábamos. Cómo vestíamos, con qué interés nos escuchan cuando
contamos que solíamos tener una sola vestimenta para toda la semana
y otra para los domingos y días de fiesta. Los gustos tan similares
en las formas de alimentarnos, extrañándose que en aquellos años
no comiésemos ni conociésemos, ni las hamburguesas ni las pizzas.
Cómo carecíamos de cuarto de baño y de cómo nos solían bañar.
Lo distinto que les resultan los juegos que practicábamos con mayor
asiduidad: piola, chicharito las habas, desplazarnos en patín, el
aro…. y otros muchos que con pequeñas variaciones se siguen
practicando, eso de estar permanentemente en la calle, con nuestros
amigos, cuando no teníamos tareas que hacer o nos encontrábamos
castigos, bien en el colegio o en nuestras casas. ¡Cómo nos reímos
y divertimos todos cuando os mostramos la forma de hacerlo!
Tantas
y tantas vivencias que intercambiamos, puesto que nosotros también
aprendemos de las vivencias de ellos, no como un relato, sino que les
decimos y contamos aquello que más les interesa conocer.
Cada
grupo de alumnos con los que nos reunimos es totalmente distinto.
Vosotros los alumnos sois los que de verdad dirigís, con vuestras
preguntas y reflexiones, aquello que más os interesa, pero al final
es una participación de todos, tanto por parte de los niños menores
de edad como por parte de los niños grandes, que ya hemos pasado de
los sesenta.
Siempre el tiempo condiciona nuestros encuentros, tiempo que tanto
unos como otros se nos hace corto y siempre creo que por parte de
todos los que intervenimos, estaríamos más tiempo contando y
enseñando nuestras formas de vida, de aquellos años para nosotros
felices.
Pregunta que muchas veces nos hacen: ¿erais felices? Siempre y, es
una verdad y una realidad palpable, que a pesar de las carencias y
dificultades que teníamos que afrontar cada día, éramos felices.
Nuestras intenciones desde el primer momento, en el que pensamos
trasmitir nuestras experiencias, es que de ellas algo hayan aprendido
y sobre todo que vean en nosotros ejemplos de superación, que con
muchas más dificultades que actualmente tienen, el grupo ha logrado
conseguir, con mucho esfuerzo e interés, hacer que haya merecido la
pena realizarlo.
Siempre terminamos exhortándoles a practicar determinados valores
que creemos imprescindibles para que puedan realizarse como personas
: El respeto mutuo hacia ellos mismo y hacia todas personas con las
que se relacionan, el esfuerzo, la solidaridad, la sinceridad, el
cariño hacia sus mayores, la tolerancia, la lectura constante ,
etc..
Pedro
Herves
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